domingo, 2 de mayo de 2010

MIGUEL BRIONES ARTACHO
Delegado de Cultura, Educación y Fiestas del Ayuntamiento de Málaga

A lomos del toro de la modernidad cabalga Europa, dejándose raptar por la fuerza de las ideas que nos hacen personas más libres.

Como todos los ciudadanos saben, Málaga apuesta decididamente por el reconocimiento como ciudad europea de la cultura en el año 2016.

Desde que en 1985 la ministra de cultura de Atenas, y comisaria de la Unión Europea, Melina Mercouri, propusiera esta designación institucional con el objetivo de reconocer los proyectos de planificación y desarrollo cultural de las ciudades que conforman el conjunto de los Estados miembros, la evolución experimentada por las localidades concurrentes ha puesto de manifiesto tanto la importancia que los responsables políticos ortorgan a la gestión cultural, como la incesante demanda social de la misma.

Como quiera que a España le corresponde celebrar este evento en el año 2016, nuestra ciudad ha dado el paso decidido de inscribirse en esa competición en la que también participan otras ciudades de nuestro país.

Málaga reúne todas las condiciones óptimas de infraestructuras y comunicación. Su variado patrimonio histórico y la creciente oferta cultural reportan a nuestra ciudad un riquísimo escenario con el atractivo suficiente para optar a este reconocimiento.

Si es un hecho indiscutible que el turismo es actualmente el motor de la capital de la costa del sol, tras el impresionante desarrollo industrial decimonónico, no es menos cierto que cada vez son más los visitantes que se acercan a nuestra ciudad con la intención de disfrutar no sólo de su clima, gastronomía y playas, sino también de su oferta de ocio y cultura.

Málaga es hoy un claro exponente en el ámbito cultural y se ha convertido en un referente de primer orden para los consumidores de producciones culturales de todos los rincones del mundo.

La indiscutible conciencia europeísta que se percibe en la sociedad malagueña y su marcado carácter hospitalario a lo largo de su historia, ahora y siempre, la confirman como un espacio idóneo para la integración social y el entendimiento entre diferentes culturas, por su papel desempeñado en el rico y ecléctico marco de la mediterraneidad europea. La suma de todas hará de Málaga la mejor candidata para la convocatoria de 2016.

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